Se buscan musgos de alta calidad, de colores vibrantes, texturas interesantes y variadas formas.
Estos musgos provienen de diferentes especies, como el Ball Moss, el Flat Moss, Rock Moss y otros tipos comunes.
Una vez recolectados, los musgos se someten a un proceso de limpieza y preparación, Se eliminan cualquier impureza, como hojas secas o restos de tierra, para asegurar que los musgos estén en su estado más puro y óptimo.
Los musgos se sumergen en una solución que reemplaza la savia natural. Esta solución está compuesta por ingredientes como glicerina y colorantes naturales. Una vez tratados, los musgos se someten a un proceso de secado controlado. Se colocan en un ambiente con la humedad adecuada para permitir que el exceso de líquido se evapore, sin afectar la apariencia o la integridad del musgo. Durante este proceso, los musgos adquieren una textura suave y flexible.
Luego comienza la etapa del diseño Biofílico del mural. El diseño es el resultado de las aspiraciones del usuario quien junto a nuestra experiencia vamos creando juntos la mejor composición, teniendo en cuenta la distribución de colores, formas y texturas para crear un impacto emocional y visual para quienes se encuentren en su entorno. En nuestro taller se realiza el delicado trabajo de seleccionar cada pieza de Musgo para adherirlos cuidadosamente a una superficie de MDF, utilizando adhesivos especiales no tóxicos y dar vida si al diseño.
Cada mural de musgos preservados es el resultado de un minucioso proceso que combina el amor por la naturaleza, la habilidad artística y la técnica de preservación adecuada. El resultado final es una obra de arte única y duradera que captura la belleza de la naturaleza y añade una dosis de serenidad y conexión con la naturaleza a cualquier espacio.